Sergio NegriEn el fascinante viaje del liderazgo, se despliegan diversas cualidades, aptitudes y capacidades que un líder debe cultivar y perfeccionar. A lo largo de más de una década, he dedicado mi tiempo a capacitarme y estudiar con los mejores en este campo. En este constante proceso, he descubierto que siempre hay algo nuevo por aprender. Las razones son evidentes: el tiempo avanza, el contexto se transforma y la velocidad de la evolución es cada vez más vertiginosa.
En este dinámico escenario, lo que considerábamos conocimiento relevante hace tan solo un año puede estar ya obsoleto. Aunque el liderazgo se fundamenta en principios inamovibles, como el crecimiento personal y el desarrollo de relaciones sólidas, nuevas variables emergen en la ecuación actual, tales como las redes sociales, la tecnología, la inteligencia artificial y la imperiosa necesidad de empresas ágiles.
Es en este contexto vertiginoso que destaco una habilidad que considero crítica en el arte de liderar para transformar vidas: la capacidad de pensamiento crítico. En la era actual, nos enfrentamos a una avalancha prácticamente infinita de información, mientras que nuestro tiempo es finito. Ante este desafío, la habilidad para discernir información se vuelve crucial.
Como menciona Adam Grant en su influyente libro, siempre tenemos la oportunidad de «repensar» y cambiar de opinión. Para mí no existe la «verdad absoluta». Por lo tanto, es imperativo ser selectivos en la información que consumimos, buscando fuentes con un alto nivel de credibilidad y demostrado conocimiento en el área que queremos mejorar. Al mismo tiempo, debemos dar espacio a nuevas ideas disruptivas, es esencial mantener la disposición de explorar más allá de nuestras creencias y paradigmas establecidos.
En este fascinante viaje de liderazgo, donde cada problema tiene múltiples soluciones, es crucial desarrollar la capacidad de analizar situaciones desde diferentes perspectivas. Reconociendo que cada situación, por más desafiante que sea, puede ser abordada desde ópticas diversas, aprendemos a apreciar la riqueza de enfoques.
En resumen, la clave radica en aprender a filtrar la información, afinar la mirada y utilizar el conocimiento adquirido para evolucionar y alcanzar los resultados deseados. Este poder no solo nos beneficia a nosotros mismos, sino que también nos brinda la oportunidad de guiar a otros en su propio camino hacia el crecimiento y el éxito. Como bien expresó Albert Einstein: «La mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original». En este continuo proceso de apertura mental, hallamos el verdadero potencial para liderar con impacto y transformar vidas.
